Creo firmemente que el amor, como cualquier otra cosa, se rige por las reglas de la DISPONIBILIDAD.
En todas nuestras facetas de la vida lo tenemos claro y lo hemos vivido más de una vez: TIMING IS EVERYTHING. Cuando ya tenés empleo y aparece aquel trabajo con el que siempre soñaste; cuando los amigos organizan el gran viaje de vacaciones justo en la fecha de aniversario de tus padres; cuando querés un par de botas y al día que tenés el dinero, ya no están... Y así, suman y siguen las historias.
Love is no different. Podemos conocer al so called "amor de nuestra vida", "media naranja", "prince charming" a los 12 años; que te apuesto lo que quieras que no llegamos al altar.
Vamos haciendo un camino y fijándonos objetivos en la vida. Y aquel que pueda acompañarnos en este camino; y se nos cruce en el momento adecuado (y con el traje bien puesto y el auto correcto jaja); ese, es quien realmente tiene probabilidades de acompañarnos hasta el final.
Y quizás no es aquel a quien le lloramos las lágrimas de cocodrilo durante años, al son de músicas románticas corta-venas; quizás no es aque a quien supuestamente más hemos amado; ni quien pasó más tiempo o compartió más cosas con nosotras. Si no simplemente es aquel que HOY nos quiere por lo que somos; y que promete querernos por lo que SEREMOS, el resto de nuestras vidas.
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