Me veo obligada a compartir con ustedes una teoría que fui forjando en los últimos años. Esta creencia se basa en datos reales y hechos científicos (mmm) que he comprobado y observado en personas muy cercanas a mi*. Ready? Set? Go!
¿Recuerdan el efecto de la criptonita en superman? Esa piedra verde que anulaba todos los superpoderes de Clark Kent con solo acercarse a su cuerpo. Bueno... eso no es NADA comparando a lo que un anillo de diamantes puede hacer con una mujer.
El simple hecho de que estas preciosas joyas se apoyen en el dedo anular de una mujer atractiva-sofisticada-inteligente, puede convertirla casi instantáneamente en una señora superficial y monotemática*.
Al parecer, el metal precioso mantenido por un largo tiempo sobre una mujer soltera, además de convertirla en esposa, produce efectos importantes en la personalidad: la mujer se vuelve más quisquillosa, menos dulce y más plagueona.
Cabe destacar que se ha comprobado la existencia de mujeres inmunes. Mujeres que mantienen el mencionado anillo y aún así mantienen también su forma de ser y en consecuencia... sus vidas. Mujeres que siguen hablando de trabajo, de citas y de borracheras; que siguen saliendo solas; que duermen tarde entre semana y que no preparan el desayuno ageno.
Siguiendo con la teoría... Peor efecto que el diamond ring tiene el tercer miembro de la familia. El primer hijo afecta aún más radicalmente la personalidad de la mujer (y no así del hombre, hemos comprobado). Algunos pensadores creen que se debe a que este tercer miembro depende enteramente de la madre y que por ende, acapara todo su tiempo. A más de ésto, el tercer miembro trae accesorios como "pocas horas de sueño", "más plagueo contra el marido que no viene directo a casa después del futbol" y "niñeras y pañales".
En conclusión, parece que una mujer que es esposa y además madre, pierde inevitablemente su interés en cuestiones distantes a la familia y el matrimonio; y se ven inexorablemente limitadas a hablar de niñeras, maridos irresponsables, baby calls y "nutrilón".
Ahora sí, mis comentarios sinceros y preocupados.
En mis late twenties ya muchas de mis amigas están casadas y tienen hijos. Y sinceramente debo decir que estoy HARTA de hablar de hijos y maridos. HARTA. De más esta decir que esta situación me ha llevado a perder la cercanía que tenía con muchas de estas amigas.
Básicamente creo que llegamos a un punto donde nos dimos cuenta que somos mujeres distintas. Aunque a veces creo que a lo mejor ellas están en una etapa a la que yo eventualmente voy a llegar... AND IT SCARES DE SHIT OUT OF ME.
¿Será que yo también voy a ser así? ¿Será que me voy a convertir en una monotemática insoportable? ¿Será que inevitable e irremediablemnete las mujeres estamos condenadas a ceder todo nuestro tiempo y nuestro pensamiento a estas terceras personas que ingresan a nuestras vidas? ¿O es un acto de conciencia, una decisión personal de cambiar?
En verdad espero que sea lo último. En verdad quiero creer que jamás voy a ser así. Quiero creer que mi vida alterada-ocupada-atractiva no va a dejar de serlo jamás.
(*) Se ruega comprender el sharp humor del presente post y no darse por ofendida o aludida.