Subscribe News Feed Subscribe Comments


Mujeres entre copas surge de mi afán de compartir las experiencias que vivo con mis más preciadas compañeras de vida: mis amigas.

Me las he arreglado para compartir mi vida con mujeres apasionadas, desafiantes y audaces, que buscan de la vida mucho más de lo que buscaban nuestras madres; y quizás de los que buscan muchas de nuestras contemporáneas.

Acompañame en este andar de risas, reflexiones, preocupaciones y llantos; de la mano de un grupo de mujeres que intentan equilibrar sus vidas de mujeres OCUPADAS con sus sueños de mujeres ENAMORADAS.

Feliz de Adán...

Mis amigas casadas… ODIAN a sus suegras. Claro que no dicen directamente. Lo disfrazan con frases como “noooo, no la odio; somos nomás muy diferentes”; o “ella es la que me odia; yo todo bien”; o “yo trato de llevarme bien, pero ella es imposible”.

Y por supuesto que cada una está convencida de que tiene las más justas razones para hacerlo. Sea que su suegra es la entrometida que quiere participar en todas las decisiones del hogar o en la crianza de los hijos; la mimosa que quiere ser la que más mima a su hijo; la criticona a quien no le gusta nuestra ropa o nuestros muebles; o la acaparadora que quiere robarse todos los tiempos de ocio de la pareja. Siempre la razón es suficiente, y nunca pero nunca, la nuera tiene responsabilidad alguna en la cuestión.

Además, estas amigas alegan haber tenido buenas relaciones con estas mujeres antes de casarte. O sea, asumen que el hecho de haber “robado” al hijo para toda la vida es lo que incita a la suegra a comportarse de ésta manera.



Acaso estoy tan loca (o tan soltera) como para creer que una puede llevarse realmente bien with the mother of the guy you’re gonna sleep with the rest of your life?

Sinceramente no puedo creer que una mujer, más aún, una mamá que también es o ha sido una esposa y quizás ha tenido una suegra, se comporte tan desquiciadamente como dicen mis amigas.

Seguramente me voy a arrepentir de esto si alguna vez me caso, pero de verdad creo que las culpables somos nosotras (at least most of the times). Las nuevas nueras-esposas. Y si no somos culpables, entonces al menos deberíamos ser más inteligentes. Somos nosotras las que no sabemos lidiar con las personalidades de éstas mujeres que también están aprendiendo una nueva función en sus vidas. No sabemos manejar sus requerimientos, sus comentarios o sus sentimientos. Básicamente no sabemos elegir las batallas que deberíamos cederles a fin de que la guerra resulte a nuestro favor (o en lo posible, no haya guerra alguna).

“Feliz de Adán, que no tenía suegra” leí en la culata de un autobús. Apuesto que más de una se lo quiere tatuar.

2 comments:

taks dijo...

mi suegra es divina... lástima su hijo... tan hijodeputa!

No soy yo, soy vos. dijo...

feliz de eva jajajaja nah, mi suegra un pan dulce, mi novio tb :)

Publicar un comentario

 
Mujeres entre copas | TNB